Hasta hace poco se pensaba que la artrosis era cosa de la edad, que a partir de los 40 era normal sufrir artrosis. Cada vez más expertos y estudios nos demuestran que se puede evitar y, si ya la sufrimos, se puede mejorar el dolor.
En una emisora de rádio he podido escuchar unos consejos muy válidos para mejorar la artrosis. Perder peso, hacer ejercicio físico, tomar la medicación adecuada, pero en ningún momento de la entrevista he podido escuchar consejos realmente eficaces para prevenir la artrosis o si ya está instaurada poder evitar el deterioro y el dolor.
Te aseguro que la dieta es clave en la aparición de esta enfermedad.
El desgaste en sí no es una enfermedad
La artrosis no es una enfermedad. El envejecimiento no es una enfermedad, la artrosis es un envejecimiento de una articulación.
También con estos cambios de hábitos vamos a aliviar mucho los dolores de la artritis.
Hay que buscar la verdadera causa de la artrosis, el desgaste no lo es.
¿Qué factores pueden dar lugar a ese dolor? El desequilibrio mecánico, la presión mantenida, una falta de ejercicio y una intoxicación química de los tejidos por una mala alimentación.
Qué es una mala alimentación y por qué provoca artrosis y la artritis
Es una alimentación que acidifica los tejidos, inflama las articulaciones y ayuda en la aparición de la enfermedad. Si los nutrientes que le proporcionamos a nuestro organismo no son los adecuados, nuestros tejidos y órganos estarán menos sanos y serán menos resistentes al paso del tiempo y a los efectos de los radicales libres. También serán más proclives a desarrollar ineficiencias mecánicas y no reparar el estrés de los esfuerzos realizados. Esto, a lo largo de mucho tiempo, inflama todos los tejidos.
Las articulaciones son zonas de fricción entre nuestros huesos, tendones y músculos. Al inflamarse, son las zonas donde se van a producir desgastes más acusados.
Alimentos que necesitan tus articulaciones
- El boniato, las antocianinas que contiene ayudan a reducir la inflamación.
- Frutos secos, almendras, piñones, frutas desecadas y semillas de sésamo. Son fuentes de magnesio y ayudan a desinflamar tejidos.
- Aceite de oliva, es rico en lubricina, proteína que lubrica el líquido sinovial del cartílago, aliviando la fricción entre los huesos.
- Ajo y cebolla, contienen azufre y este mineral es fundamental para evitar el dolor de las articulaciones.
- Salmón fresco. Está demostrado que una dieta rica en ácidos grasos omega 3 reduce a la mitad el riesgo de sufrir artrosis, pues protege el cartílago.
- También sardinas, arenques, caballa, atún…
- Espárragos, que contienen vitamina K. Esta vitamina puede ayudar frente a la artrosis porque favorece la síntesis de ostocalcina, la proteína que mantiene sanos los huesos. Pero no abuses de ellos, pues producen purinas y a su vez ácido úrico que inflama los tejidos.
- Es recomendable introducir en la dieta verduras como el brócoli, la col, las coles de Bruselas, lechugas, apio, perejil,calabazas, calabacines, chayotes, batatas, zanahorias.
- No olvides tomar todos los días semillas de lino y semillas de chía, por su aporte de omega 3 y omega 6, grandes desinflamatorios.
- Cúrcuma, jengibre, orégano, tomillo, albahaca. Todas ellas en condimento son de gran ayuda.
Alimentos desaconsejados en la dieta de un artrítico
La adopción de una dieta más vegetariana ayuda a estos enfermos a mejorar su condición y sobre todo los dolores.
Hay que evitar las grasas saturadas. Estas son las que principalmente provienen de animales: carnes rojas, leches, quesos, mantequilla, embutidos, salchichas.
Los alimentos que producen más dolor e inflamación son:
Patatas, berenjenas, pimientos, trigo, maíz, lácteos, ruibardo, achicoria, espinacas, cítricos y remolacha.
Debido a que producen purinas, los siguientes alimentos deben ser consumidos con mucha cautela, por ejemplo una vez a la semana: habas, coliflor, espinacas, guisantes, lentejas, espárragos y champiñones.
Es importante mantener un peso adecuado para que nuestras articulaciones no deban soportar más esfuerzo del que pueden sostener.
Hacer ejercicio todos los días ayuda mucho. Treinta minutos diarios es ideal, sobre todo caminar a paso ligero. Levantar pesas también mejorará tu resistencia muscular además de fortalecer tus huesos.
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