Cómo prevenir enfermedades reumáticas.

Hoy dedicamos nuestro post a las enfermedades reumáticas y  sobre todo a ver  qué puedes hacer para prevenir su aparición.

Se trata de dos trastornos frecuentes del sistema esquelético que a menudo  se dan a la vez y que afectan con mayor intensidad a las mujeres. Ambas implican una degeneración, un desgaste, una pérdida de masa. En el caso de la artrosis, son los cartílagos los que sufren ese desgaste, mientras que en la osteoporosis son los huesos. Se manifiestan a partir de mediana edad, pero en realidad comienzan a gestarse mucho antes. Entre las posibles causas hay dos muy claras: nutricionales y mecánicas. La buena noticia es que podemos incidir sobre ellas con nuestro estilo de vida.

Una mala alimentación durante toda nuestra vida puede desencadenar estas enfermedades. Un exceso de lácteos, sal, azúcar, proteína animal o trigo  intoxica el organismo y ayuda a que la enfermedad aparezca.

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¿Qué podemos hacer?

1. Debemos sustituir los lácteos por leches vegetales como almendras,  avena, espelta, soja, quínoa, arroz u otras leches derivadas de cereales. Tenemos mucho apego a tomar por la mañana un vaso de leche de vaca, pero tenemos que sustituirla por leches vegetales si queremos dejar de tener esos terribles dolores en las manos y el resto del cuerpo. Mejor siempre leche vegetal sin gluten o té de tres años.

2. El azúcar también influye en la aparición de  estas enfermedades. Por eso, debemos substituirlo por melazas y siropes, por azúcar de coco y sobre todo por stevia o simplemente enseñar al paladar a no endulzar las infusiones y si tomamos endulzantes  siempre con mucha moderación; puesto que somos esclavos del sentido del gusto, sobre todo del dulce. Y si somos capaces debemos eliminar el azúcar y todos los derivados de nuestra dieta.

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3. Las proteínas son muy importantes en nuestra dieta

Son las encargadas de regenerar los tejidos y de formar los músculos. Pero no tienen que ser siempre de carne, pescados o huevo. En caso de ingerir estos alimentos mejor carne de pavo o pollo, a ser posible naturales y biológicas;  de pescados y derivados de la soja. También podemos substituir las proteínas de las carnes y pescados por las proteínas, mucho más saludables, de la mezcla de legumbres  y los cereales integrales, arroz, mijo, amaranto, quinoa. La unión de estos dos ingredientes nos proporciona una proteína de mejor calidad y más saludable para nuestro organismo.

4. En el caso de la osteoporosis, tendemos a creer que tomar mucho calcio es suficiente para prevenirla, pero el calcio tiene que ser de origen orgánico, el elaborado de forma sintética no penetrara dentro del hueso, sólo llegara a recubrirlo empeorando su estado. Podemos encontrar una buena fuente de calcio en las algas, el repollo, el perejil, la avena, los cereales integrales, el sésamo o la cola de caballo.

Lo cierto es que poco puede aprovecharse si hay insuficiencia de otros minerales y oligoelementos. Como en el caso de los cartílagos, también son necesarios el magnesio, el silicio, el zinc, el cobre, el manganeso, el flúor, el boro y las vitaminas C y D. Pero para que los minerales puedan asimilarse no sólo es necesario que los alimentos los contengan. También es necesario que el conjunto de la dieta sea equilibrado y que nuestros intestinos estén desinflamados.

El calcio debe ser el adecuado

En el caso del calcio, por ejemplo, tan importante como saber qué es lo que favorece la asimilación de calcio es tener en cuenta qué es lo que aumenta su pérdida: una dieta muy acidificante por el exceso de proteínas o de azúcar y refinados (el tabaco, la cafeína, el cacao, la sal, el azúcar, el alcohol…). Por otra parte, tomar un solo mineral en grandes cantidades puede interferir la absorción de los demás. Es muy importante para retener el calcio en el interior de los huesos tomar magnesio.

Quizá la conclusión más interesante es que si un estilo de vida y de alimentación erróneo aumenta el riesgo de padecer estos trastornos, tratar de prevenirlos sólo tomando suplementos sería una forma de poner un parche sin resolver el problema de fondo. Es el conjunto de la dieta y la procedencia, calidad y proporción de los alimentos lo que necesitamos revisar. Una dieta basada en verduras, cereales, algas, carnes blancas, pescados y semillas es la base para prevenir estas enfermedades.

Aparte de los factores nutricionales, que son importantes, hay también otros que pueden tener una influencia determinante en la prevención y tratamiento de la Artrosis y Osteoporosis.

Las personas con artrosis suelen ser grandes contraídos, casualmente; una de las consecuencias de la deficiencia de magnesio es la excesiva tensión muscular. Esas excesivas contracciones pueden deberse a diversos factores, como pueden ser emocionales o incluso posturales, pero lo cierto es que un músculo crónicamente contraído puede acabar afectando a la articulación donde se inserta su tendón, intensificando su desgaste en función del juego de fuerzas que se ejercen sobre la articulación.

A la larga, para mantener el equilibrio, pueden acabar afectándo otras articulaciones, e incluso al conjunto de la estructura/postura. La falta de movilidad articular y los dolores que sufren muchos artrósicos suelen deberse no sólo a su lesión articular, sino también a la excesiva tensión muscular que suele acompañarla.

¿Qué podemos hacer?

1. Los ejercicios de estiramientos relajan y alargan la musculatura, lo que da mayor holgura, flexibilidad y amplitud de movimientos a las articulaciones. Dado que la función hace al órgano, los ejercicios de flexibilidad ayudan a conservar la funcionalidad de los cartílagos. Uno de los sistemas más clásicos de estiramientos es el yoga, una disciplina inestimable, sobre todo a partir de cierta edad, pero que no puede realizarse sin supervisión profesional si existen lesiones importantes.

2. Tomar suficiente sol, sin quemarse, también es importante; ya que el sol estimula la síntesis de la vitamina D, esencial para la formación de hueso.

Después de leer todo esto llegamos a la conclusión de que tenemos que seguir una dieta rica en alimentos que contengan calcio orgánico, es decir, calcio que penetre en los huesos, no que los recubra. Tenemos que tomar magnesio para que este calcio penetre y se quede fijo dentro del hueso. Recomiendo las algas, el cartílago de tiburón, el brócoli, el mijo y los cereales integrales.

Además, sugiero seguir una dieta según nuestro grupo sanguíneo. Suprimir los tan alabados lácteos de nuestra dieta, los tomates, los pimientos, las patatas y el trigo. Hacer ejercicio de forma moderada, siempre dentro de nuestras posibilidades, y también caminar todos los días una hora sería muy aconsejable. Y en lo que respecta al calcio, es conveniente evitar su perdida, más que tomarlo en grandes cantidades.

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