Controlar es estrés es básico para sobre vivir en este mundo que gira tan rápido
Actualmente son muchas las mujeres y hombres, incluso niños, que asumen más trabajo del que pueden abarcar. Las mujeres seguimos asumiendo la casa, niños y trabajo, los niños asumen además del colegio tareas extra escolares que les mantienen todo el día atareados y muchos hombres sienten el peso de los nuevos roles y no saben gestionar su tiempo.
En definitiva, vivimos en un estado de estrés permanente que merma nuestra salud sin darnos cuenta, pero que nos pasa factura tarde o temprano.
El estrés te enferma: debes tratarlo y ponerle freno
Lee estas preguntas y piensa si te identificas con ellas:
- Me siento triste, como desamparado, lloro con facilidad.
- Me siento culpable, creo haber decepcionado a los demás.
- Muchas veces pienso que no merece la pena vivir.
- Todo se me hace una montaña, no puedo hacer mi trabajo.
- Me cuesta concentrarme y expresar mis ideas.
- Estoy tenso, irritable, todo me preocupa.
- Tengo palpitaciones y dolor de cabeza.
- No me fío de nadie.
- No puedo dormir por la noche.
- Me retuerzo las manos, no puedo parar.
- He perdido el apetito, voy muy estreñido, abdomen hinchado.
- Me siento muy cansado.
- A primera hora o por la tarde todavía me siento peor.
- No me interesa el sexo.
- Se me meten en la cabeza ideas extrañas y no puedo dejar de pensar en ellas.
- Pierdo peso sin hacer nada.
- Estoy hundido, no entiendo qué me pasa.
El estrés puede provocar depresión
Científicos de todo el mundo llevan años buscando un remedio que cure la depresión, sin conseguirlo.
¿Por qué? El psiquiatra Edward Bullmore apunta en su nuevo libro que nos estamos equivocando, no están enfocando bien el problema, que la depresión es en realidad un problema inflamatorio. Tanto estrés continuado provoca una inflamación del cerebro y lo colapsa, es la forma en que él se auto protege del estrés. Si tienes un esguince en el tobillo éste se inflama y debemos descansar para recuperarlo, el cerebro actúa igual.
El cuerpo reacciona al estrés en tres estados diferentes
- Estado de alerta
En el momento que un estresor que puede ser un virus, mala alimentación, frío, demasiado ruido, drogas, un disgusto, etc ejerce un efecto sobre nuestro organismo, el hipotálamo estimula al sistema nervioso autónomo y las glándulas suprarrenales. En ese momento tu cuerpo reacciona de la siguiente forma:
- El corazón se dispara.
La sangre se bombea a los órganos más activos durante el estrés.
El bazo se contrae y segrega la sangre almacenada, aumenta el volumen de sangre circulando por el organismo y la producción de glóbulos rojos aumenta.
El hígado transforma sus reservas de glucógeno en glucosa para proporcionar energía a las células para intentar combatir los estresores.
Incrementa el sudor y sube la temperatura corporal.
Los minerales son extraídos de los huesos.
La respiración aumenta para adquirir más oxígeno y ayudar en los procesos metabólicos.
La producción de saliva y enzimas digestivas disminuye y provoca sequedad bucal y malestar estomacal.
- La grasa se moviliza de los tejidos grasos almacenados.
La producción de las hormonas adrenalina y noradrenalina aumenta, produciendo síntomas tan conocidos como ansiedad, miedo, temblores, ganas de orinar.
Una cantidad anormal de sal es retenida.
Todos estos procesos preparan al organismo frente a una de las siguientes reacciones de estrés, combatir o huir. Este estado de alarma varía de intensidad según el grado de estrés al que estamos sometiendo al cuerpo.
Estado de adaptación
Si prolongamos el estado de estrés durante un tiempo continuado, las glándulas suprarrenales sobre estimuladas, producirán la hormona cortisol, un exceso de esta hormona produce efectos muy negativos en nuestra salud.
- Estado de agotamiento
Cuando nuestro organismo llega al estado de agotamiento, el nivel celular de potasio disminuye. La producción de hormonas cortisol, corticosterona y cortisona también disminuye, la presión sanguínea baja, las células dejan de recibir nutrientes de forma adecuada y los órganos se van debilitando poco a poco.
Que nutrientes necesitamos para prevenir/mejorar ese estrés
Vitamina A
Vitamina C
Vitaminas del grupo B
Vitamina D
Vitamina E
Zinc
Magnesio
Cromo
Ácidos grasos esenciales
Además, que no falte en tu vida
Hacer ejercicio físico.
Mantener una flora intestinal en equilibrio.
Recuerda que el 90% de la serotonina nace en el intestino. El intestino es tu segundo cerebro, si lo tienes inflamado puede aparecer ansiedad y depresión, además de otras muchas enfermedades.
Cada vez hay más evidencia de que una microbiota alterada produce menos serotonina y esto puede ser un factor a tener en cuenta en el inicio de una depresión.
Los antibióticos, el estrés continuo o una dieta inadecuada alteran el equilibrio de la flora intestinal. El consumo de probióticos ayuda a mantener el equilibrio entre bacterias buenas y malas.
Es tu médico quien debe diagnosticarla, pero tú debes saber identificarla y darte cuenta de que quizá esa angustia, ansiedad, dolor y miedo está durando demasiado.
Debemos saber distinguir entre depresión y tristeza.
El Doctor Manel Esteller nos dice que, en muchas de las enfermedades mentales o psiquiátricas, nuestras células que contienen reactivos y compuestos, pueden sufrir una alteración entre ellos y provocar estas enfermedades.
Aprende a controlar ese estrés que “controla” tu vida y podrás disfrutar de una vida más saludable.
